En los ochenta tirabas una piedra y aparecía un estudiante de derecho, luego fue de periodismo y ahora, terapeuta. Porque nos hemos cansado de ser infelices y de asumir la vida tal como nos la han dado.
Las revoluciones ya nos han enseñado que cambiar el mundo es imposible. Pero… ¿qué tal si cambiamos la forma de vivirlo? Esto es lo que vamos descubriendo muchas personas. Nos gusta cada vez más el contacto humano, el silencio, los sonidos, los aromas, lo invisible.
Lo mejor del camino de conocerse a sí mismo es que no trabajas con terapeutas, sino con personas que han aprendido sus propias enseñanzas. Te aseguro que hay auténticos/as maestros/as.
Déjate guiar por tu intuición y súmate a la aventura de descubrir de verdad la vida.
